“A la oportunidad la
pintan calva”, dice un refrán que me parece vejatorio para nosotros los calvos.
Propongo que a la oportunidad y a nosotros nos llamen en cambio “de pilosidad
alternativa”. Sea como sea, el refrán implica que la vida no es pródiga en
oportunidades. Es cierto. Por eso hay que aprovecharlas cuando se presentan. Carpe diem, como dijo no sé quien.
El divulgador tenaz ha de estar atento a las ocasiones que
le ofrece la vida para ejercer su arte. En Universum,
por ejemplo, ya se ha propuesto poner en los baños cédulas que expliquen
qué es una parábola para leerse mientras el visitante (varón) hace pipí,
momento en que tiene el ejemplo gráfico a la vista y la fuente del fenómeno
literalmente en las manos. ¡Excelente idea! ¡Y qué interactividad!
Pero, como todas las ideas, se puede extender. Propongo que
aprovechemos otro fenómeno que se produce en el baño, sitio inmejorable para
divulgar la mecánica de fluidos. Podríamos poner en los excusados una cédula
que explique la fuerza de Coriolis, que aparece cuando un cuerpo se desplaza
sobre otro que gira (como, digamos, los vientos sobre la Tierra). La fuerza de
Coriolis desvía las grandes corrientes de aire y agua que van de los polos al
ecuador y produce los ciclones y anticiclones, así como los remolinos marinos y
sus correspondientes antirremolinos. Hay quien afirma que la fuerza de Coriolis
también es responsable de los remolinos de agua del excusado y que éstos giran
en distintas direcciones en el hemisferio norte y en el hemisferio sur.
Pongamos pues una cédula que le sugiera al ocupante del retrete qué hacer y qué
ver. En seguida la cédula le explicará qué sucede para no darle tiempo de
imaginarse tonterías. Así el visitante saldrá del baño no sólo aliviado, sino
instruido.
Para ser francos, dudo mucho que la fuerza de Coriolis
intervenga en las vueltas del agua del retrete y su contenido. Acabo de estar
en el ecuador y me consta que ahí el agua no se va por el drenaje sin dar
vueltas (hice la prueba, no crean). Pero no permitamos que ese detalle sin
importancia nos arrebate la ocasión de soltarle a nuestro visitante palabrotas
como “fuerza de Coriolis” y “marco de referencia no inercial”, que siempre
impresionan. Así, si el visitante sale del baño sin haber entendido ni un
cuerno, por lo menos se irá convencido de que nosotros sí entendemos, que es lo
principal. Ya encarrerados, podemos poner cédulas que expliquen las vicisitudes
de la electricidad estática en cada picaporte que da toques y la segunda ley de
la termodinámica en cada equipo descompuesto.
En el baño también se puede aprovechar para explicar algunos
fenómenos relacionados con los gases y la presión, pero ya no me queda espacio
para discutirlos.
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