domingo, 28 de julio de 2013

Noticias de ciencia (No. 31, enero-abril 2006)


En los países democráticos (¡lejanas tierras!) todo el mundo tiene derecho a hablar. Qué bueno. Lástima que, al mismo tiempo, sea rarísimo que un ciudadano que ejerce ese derecho tenga algo interesante que decir. Y como es cada vez más común que cualquiera lo haga a la menor provocación y en cualquier lugar, es muy difícil que los otros ciudadanos ejerzan a su vez su derecho a no escucharlos. Las ideas fluyen libremente, imparables. Se meten hasta por debajo de las puertas. El flujo de las ideas se convierte en  un fin en sí mismo y no importa si las ideas que fluyen son áridas, aburridas o tontas. Esto favorece que fluyan sobre todo ideas áridas, aburridas y tontas.
En México eso todavía no sucede (¡qué suerte!), pero podemos figurarnos lo que es vivir en una nación donde uno no puede refugiarse del flujo de las ideas examinando el contenido de cualquier boletín extranjero de noticias científicas y tecnológicas. “Las arañas hacen mejores notitas adheribles Post-it”, dice una nota de Science Daily. ¿Y a mí qué me importa? A lo mejor las arañas también hacen mejores refrigeradores donde pegar sus notitas Post-it, pero eso no va a resolver los problemas del mundo. “Las personas que beben piensan mejor”, anuncia otra nota de la misma fuente. ¡Qué novedad! Cuando los redactores de El muégano divulgador nos ponemos hasta las manitas de vino en un restaurant durante nuestras cenas de trabajo, pensamos tan bien, que resolvemos los problemas del mundo mejor que la araña más pintada.
Las noticias de ciencia y tecnología necesitan más punch. Esto me lo enseñó un periodista de Iguala, Guerrero, hace muchos años. Sin asomo de malicia me contó que de vez en cuando inventaba noticias para insuflarle acción al periódico de ese apacible lugar. Un día, por ejemplo, había inventado que en la sierra cercana se había visto caer un meteorito, mentirita que no le hacía daño a nadie (el equipo de astrónomos que despachó la UNAM a la sierra de Guerrero con peligro de sus vidas y un gasto de miles de pesos no cuenta).
Yo soy partidario de que novelemos un poquito para darles sabor a nuestras noticias. Por ejemplo, si se anuncia que Domino’s Pizza tiene un sistema informático que les permite saber  de dónde llama uno (y así distribuir las llamadas a la sucursal más cercana), podríamos añadir que en nuestra universidad se está desarrollando un sistema mejor, que permite saber no sólo de dónde llamas, sino de qué quieres tu pizza e incluso antes de que lo sepas tú. Es más, en cuanto te dices “ay, cómo se me antojaría una pizza”, suena el timbre y ahí está el repartidor, podríamos agregar.
¿La única noticia que tenemos por anunciar es que las arañas hacen mejores notitas Post-it? Añadamos que ya tienen planes para comercializarlas fuera del mundo arácnido y van a ver cómo caen lectores en nuestras redes como moscas. ¿Que el planeta Urano tiene un anillo de un bonito color azul neón? Sazonemos esta noticia con el complemento de que el Telescopio Espacial Hubble acaba de detectar en ese anillo un letrero luminoso que dice “Compre petacas Miguel” y nuestro impacto alcanzará alturas astronómicas.
Se me acaba el espacio y además esto de tener tantas buenas ideas me está dando hambre. Se me antojaría algo italiano, no sé, espagueti a la boloñesa, o....
Suena el timbre. Voy a ver quién es.

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