domingo, 28 de julio de 2013

Rustichello, o de la colaboración (No. 16, dic 2001-ene 2002)


“Señores emperadores, príncipes y marqueses”, empieza el libro La descripción del mundo, en el que el comerciante y explorador accidental Marco Polo cuenta lo que vio durante sus viajes por el Lejano Oriente. ¿”Señores emperadores, príncipes y marqueses”? ¡Por favor! ¿Cómo se le ocurrió semejante inicio al pragmático Marco, que en el resto del libro se la pasa enumerando los productos, actividades comerciales y otros aspectos prosaicos de la vida en las regiones que visitó?
La respuesta es que no se le ocurrió a él, sino a su colaborador, Rustichello, escritor de aventuras venido a menos que por casualidad le tocó a Marco como compañero de celda cuando cayó preso de los genoveses. Marco y Rustichello escribieron juntos en prisión el famoso libro de Marco en 1295. Marco narraba y Rustichello redactaba, tomándose de tanto en tanto libertades con la narración cuando ésta le parecía mundana y poco heróica. El resultado es un libro que refleja las personalidades de ambos autores, aunque sólo lo firmó Marco.
Colaborar es un asunto delicado. Hay que fijarse muy bien con quién se embarca uno en una colaboración, no vaya a ser que le rustichelicen a uno las ideas, o se las marcopolicen, según el punto de vista. Quizá por eso en la Facultad de Ciencias solían exigirles a los autores de tesis en colaboración que definieran por escrito y con anticipación qué parte del trabajo le tocaría hacer a cada quien. No sé si sigue vigente ese requisito ni si lo exigen otras facultades u otras dependencias universitarias, pero es bueno estar preparados en caso de que nos topemos con este obstáculo a la colaboración cuando la divulgación de la ciencia se profesionalice y haya organismos evaluativos y normativos que nos digan cómo hacer las cosas. Aquí presento, pues, unas cuantas sugerencias para repartir el trabajo entre colaboradores (he supuesto que son dos).

1.  Hacer uno la investigación y otro la redacción (desventaja: posibilidad de rustichelimarcopolización)
2.  Escribir uno las vocales y otro las consonantes
3.  Redactar uno las páginas pares y otro las impares
4.  Encargarse uno de los sustantivos y las preposiciones y otro de los verbos y los adjetivos
5.  Hacer uno el trabajo y otro el café

Nunca entendí bien para qué quería la Facultad de Ciencias que estableciéramos de antemano la división del trabajo. Quizá querían con este obstáculo disuadirnos de escribir la tesis a dúo y así evitarnos los desengaños y sinsabores de la colaboración, que pueden deshacer amistades. Tal vez pretendían las benévolas autoridades obligarnos a hacer el esfuerzo de escribir la tesis solos y así fortalecernos intelectualmente. Tal vez era para que no nos sucediera lo que a Marco Polo con Rustichello. Tal vez… o tal vez no y aquello era sólo –¿será posible?—una exigencia burocrática estúpida.

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